Tomás Moro dijo, en su día, que los hombres, cuando reciben un mal lo escriben sobre mármol; más si se trata de un bien, lo hacen en el polvo.
Marca mucho más lo malo y... con qué rapidez olvidamos los buenos gestos... ¡equilibremos la balanza!
El guardar rencor gasta nuestras fuerzas... Pero no se trata de dejarnos pisar, sino de evitar que alguien se crea con el derecho de hacerlo.
Deberíamos hacer como aquel halcón que tiene un problema con los cuervos: volemos más alto cuando algo nos aturde.
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